TESTIMONIO

¿Por qué decidí hacer homeschooling?


Buscando en la web sobre cómo enseñar de la Biblia a mis hijos, descubrí un mundo nuevo... el homeschool. Para mí fue una novedad el saber que existía un estilo de vida distinto al que mi esposo y yo habíamos sido educados. Descubrí que yo podía enseñar a mis hijos lo que una maestra en la escuela. De veras que fue como descubrir la pólvora. Había descubierto todo un mundo nuevo de lo que significa educar.

El mundo del internet es maravilloso y en esa búsqueda por saber cómo empezar a hacer homeschool fui descubriendo lo que hasta entonces había sido desconocido para mí. Agradezco a Dios por dirigirme hacia las personas correctas que supieron aconsejarme y guiarme en este nuevo reto que asumimos mi esposo y yo para nuestros hijos. No ha sido fácil para ninguno de los dos, es más, ahora creemos que mandarlos a la escuela es lo más práctico, sin embargo, ambos nos comprometimos con la crianza y educación de nuestros hijos desde ese día que decidimos comenzar con el homeschool. 

Cuando retiré a mis hijos del sistema educativo, muchos me preguntaron el por qué lo hacía y es que yo ya estaba viendo en mi hijo mayor dificultades para comprender las matemáticas y es que cuando estaba en casa comprendía lo que mi esposo y yo le enseñábamos pero cuando salía de la escuela, la maestra me decía muy molesta lo incompetente que mi hijo era ante las preguntas en clase. Hasta ahora recuerdo su carita triste cuando salía de clase. Yo lo percibía derrotado, culpable de no poder demostrar en clase lo que había aprendido en casa. Así no quería que transcurran los días de escuela para mi hijo, por eso ni bien me enteré de cómo hacer homeschool y de los permisos legales que se tienen aquí en Perú para hacerlo, decidí retirarlo del colegio sin más que decir. 

Fue un descanso para él saber que mamá le enseñaría poco a poco, que no habría prisa, que tome el tiempo necesario para asimilar los contenidos... y así fue. 

Nuestra aventura empezó el mes de mayo del 2015. Desde ese entonces hemos ido aprendiendo juntos. Hoy tengo cinco hijos y a pesar de lo trabajoso que es el día a día, le agradezco a Dios las fuerzas que me da para cumplir con Él la tarea más loable que me ha encomendado... instruir y educar a mis hijos.